Obviamente, la mas importante es la primer merienda, donde los hobbits nos encontramos para disfrutar de las anécdotas de las aventuras vividas, discutir sobre nuevos mapas aún no explorados, y por supuesto, disfrutar de la deliciosa comida medieval que el hobbit anfitrión se encarga de preparar con mucho cariño.
Tortas con abundantes frutos secos, patelillos de semillas, dulces y mermeladas por doquier, masitas con crema y budines desbordan nuestra mesa. Pero no nos olvidemos del té. Saborizados con frutos rojos, canela, limón o miel, esa deliciosa infusión acompaña con su dulzura y fragancia los sabrosos bocadillos.
Esto nos abre a la reflexión. ¿Qué es lo que se ha perdido en nuestra sociedad moderna, donde la gente ya no se toma su tiempo para su comidas? ¿Acaso no disfrutan de un apetitoso sándwich de jamón y rúcula mientras esperan la hora de la cena? ¿O una taza de chocolate caliente frente a una chimenea en una tarde fría de otoño?
Esas cosas van mas allá de mi entendimiento, un tranquilo hobbit comarqueño.
Meriadoc Brandigamo.
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